Editorial

La Pancarta tiene como objeto difundir y generar cierto feedback entre quienes tengan intereses por el arte, el cine, la cultura y principalmente la comunicación. La política internacional nunca deja de ser un dialogo obligado entre amigos y conocidos, así que frente a los turbulentos cambios que esta presentando el escenario latinoamericano no dejan de ser bienvenidas todas las perspectivas que contribuyan a dar cuenta de las distintas problemáticas y sus formas de abordaje. Este espacio, humildemente, prestará especial atención a un aspecto en particular: La Sociedad de la Información (SI) -en tanto nueva fase de la historia- donde se ponen en juego y reconfiguran los planos de lo global, lo regional y lo local. Las desigualdades presentes respecto a las brechas digitales no son, por cierto, las más urgentes, en un contexto de hambre y exclusión. Sin embargo, prestar atención a dichos aspectos -y su especial reflexión acerca de las influencias de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TICs)-, permitirá plantear un debate acerca de lo queremos para nuestras sociedades latinoamericanas.En tal sentido algunos links de La Pancarta proponen continuar dichas reflexiones.Por ultimo, hay elementos personales y de gusto propio que se encuentran dispersos en este espacio, fruto del capricho de quién le escribe. Sepan compartirlo y por ende, disculparme.



Edgardo Portale
Marzo del 2008

martes, 1 de abril de 2008

Antonio Berni


Juanito Laguna ciruja (1978)

Hace treinta y cuarenta años, Antonio Berni pintó una serie de cuadros con un personaje al que llamó Juanito Laguna. Juanito era un niño que vivía en una villa de emergencia, dormía en un basural, soñaba con la exploración espacial y se ganaba la vida recogiendo residuos en las calles. Para crear un clima apropiado, Berni utilizaba latas viejas y otros desechos en los collages incluidos en sus cuadros.

Con ese personaje puesto en las elegantes galerías de arte, Berni trataba de despertar la atención de la sociedad hacia las víctimas de las políticas de industrialización de las décadas de 1960 y 1970. En aquella época se utilizaba la expresión "marginados", porque se trataba de sectores minoritarios, a los que no había llegado el bienestar del resto de la población.

Hoy, que las víctimas de las políticas de desindustrialización suman millones, no nos atreveríamos a calificar a esos millones de marginados. Ni necesitamos que nadie nos llame la atención acerca de nuestra realidad cotidiana, ya que cualquier calle trasciende lo que Berni mostró en algunos espacios privilegiados.

La única diferencia es que en algún momento miramos con piedad a Juanito Laguna, mientras que ahora sabemos que si continúa el actual modelo económico, ése será el destino de nuestros hijos.

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